miércoles, octubre 25, 2006

Las montañas rusas son una gran metáfora de la vida. O por lo menos a mi me lo parecen. Vas a tida ostia por una vía estrechísima. Tan pronto estás en lo más alto como bajas en caida libre y sin freno. Y los momentos de calma siempre preceden a los de infarto. La cuestión es en que vagon te subes.